El Picopicapinos

Foto de un Picopicapinos

Esta es un ave de las mas habituales de pájaros carpinteros que podemos encontrar en nuestra fauna Ibérica. El picopicapinos, es un ave, la cual está dotada de un poderoso pico, que posee una prodigiosa capacidad para taladrar las maderas más resistentes. Estas cualidades le permiten establecerse en una gran variedad de hábitats forestales, desde los pinares de montaña hasta los bosques de la ribera.

Esta ave pertenece al orden de los piciformes, y a la familia Picidae. Su tamaño es mediano, con unos 22 a 26 cm de longitud y de 38 a 44 cm de envergadura alar. La especie comparte la coloración típica de los picos, con unos tonos muy intensos y muy bien definidos. La región dorsal es blanquinegra y presenta un característico patrón. Posee unas listas negras en ambos lados de la cara y el cuello, que se enlazan con el pecho, el pico, los hombros y la nuca. Las regiones ventrales son blancas, sin listas ni punteaduras, y la zona anal luce una extensa y llamativa coloración rojiza. El dimorfismo sexual se aprecia sobre todo en la nuca, por ser roja en los machos y negra en las hembras.

Es una especie residente en toda su área de distribución, si bien las poblaciones más norteñas pueden emprender algunos desplazamientos de corta entidad durante las estaciones mas desfavorable.

En la Península Ibérica podemos encontrar a la raza "hispanus", que se extiende por todo el territorio peninsular. Al tratarse de una especie marcadamente forestal, resulta más abundante y se encuentra más homogéneamente repartida por la mitad norte peninsular, a excepción de las regiones áridas del valle del Ebro. En las islas Canarias encontramos a esta ave en Tenerife y Gran Canaria, representado por las subespecies endémicas "numidus y canariensis", respectivamente.

La especie ocupa todo tipo de formaciones forestales de cierta madurez, ya sean cerradas o abiertas, desde pinares alpinos por encima de los 2.000 metros de altitud en los Pirineos, hasta bosques de choperas al nivel del mar. Sin embargo prefiere los bosques densos de coníferas, donde estas aves alcanzan las mayores densidades.

Foto de un Picopicapinos

El Picopicapinos se alimenta principalmente de insectos y, sobre todo de sus larvas, las cuales buscará excavando con el pico en el interior de la madera o bajo las cortezas de los árboles. En el invierno cuando los insectos escasean, ingiere una cierta cantidad de materia vegetal, particularmente de piñones, bellotas, avellanas y otros frutos secos que encuentra en el bosque.

En ocasiones, y durante la estación reproductora, puede depredar sobre los huevos y pollos de otras aves forestales, para obtener así una dosis extra de valiosas proteínas.

La puesta suele realizarse a lo largo del mes de junio y la cual consta de unos cuatro o siete huevos blancos, que serán incubados durante unos 10 o 13 días por ambos progenitores. A menudo podemos verlos perforar surcos en los pinos para producirlos una pequeña herida de la que succionará su savia, ya que esta es muy rica en minerales y azúcares.

Las poblaciones de picopicapinos que están establecidas en la Península Ibérica no presentan problemas de conservación importantes, pero no obstante, se ven en cierto modo afectadas por la tala de los bosques, los incendios, y por la eliminación de árboles muertos, por lo cual impidiendo que se den buenas densidades de la especie en algunas zonas determinadas.