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La Encina

Bajo las Encinas

Muy buenas de nuevo amigos, en esta ocasiΓ³n os voy hablar de un Γ‘rbol, el cual se caracteriza por ser el mas abundante de la PenΓ­nsula IbΓ©rica, que junto con los Robles, Pinos y Alcornoques llenan de vida y de color el campo y dehesas donde habitan. El "Quercus ilex" o encina es un Γ‘rbol de la familia de las fagΓ‘ceas. Otros nombres con los que se le conoce tambiΓ©n a las encinas son Carrasca, Chaparra o Chaparro. Es un Γ‘rbol perennifolio nativo de la regiΓ³n mediterrΓ‘nea de talla mediana, aunque puede aparecer en forma arbustiva, condicionado por las caracterΓ­sticas pluviomΓ©tricas o por el terreno en el que se encuentre.

DescripciΓ³n:

La Encina es un Γ‘rbol de talla media y baja, que puede alcanzar de 16 a 25 metros de altura. En estado salvaje, es de copa ovalada al principio y despuΓ©s se va ensanchando hasta quedar finalmente con forma redondeada. Su copa se suele podar con objeto de mejorar la producciΓ³n de fruto mediante la poda de olivaciΓ³n, adquiriendo asΓ­ una forma semiesfΓ©rica. De joven suele formar matas arbustivas que se podrΓ­an confundir con la coscoja. En ocasiones suelen quedarse en ese estado de arbusto por las condiciones climΓ‘ticas o edΓ‘ficas del lugar.

La corteza es lisa y de color verde grisΓ‘ceo en los tallos, la cual se va oscureciendo a medida que crecen y, alrededor de los 15 o 20 aΓ±os, se agrieta en todas direcciones, quedando un tronco muy oscuro, prΓ‘cticamente negro.

La encina es como el resto de las especies del gΓ©nero Quercus, una planta monoica, aunque presenta cierta tendencia a la dioecia pies con preponderancia de flores masculinas o femeninas. Sus flores masculinas aparecen en amentos, densamente agrupados en los ramillos del aΓ±o, primero erectos y finalmente colgantes, que toman un color amarillento, luego anaranjado y, al final, a la madurez, pardo. Se dan por toda la copa, aunque preferentemente en la parte inferior y en algunos ejemplares con mΓ‘s abundancia que las femeninas, por lo que estos pies son poco productores de frutos. Las flores femeninas son pequeΓ±as y salen aisladas o en grupos de dos, sobre los brotes del aΓ±o y en un pedΓΊnculo muy corto, presentando en principio un color rojizo y con la madurez un amarillo anaranjado. 

Las hojas son perennes y permanecen en el Γ‘rbol entre dos y cuatro aΓ±os, con una media de 2 a 7 aΓ±os. CoriΓ‘ceas y de color verde oscuro por el haz, y mΓ‘s claro y tomentosas por el envΓ©s, estΓ‘n provistas de fuertes espinas en su contorno cuando la planta es joven y en las ramas mΓ‘s bajas cuando es adulta, careciendo de ellas las hojas de las ramas altas. Por eso, cuando es arbusto, recuerda a veces acebo. El envΓ©s de las hojas estΓ‘ cubierto de una borra grisΓ‘cea que se desprende al frotarlas y por la que se puede distinguir fΓ‘cilmente las encinas jΓ³venes de las coscojas, cuyas hojas carecen de ese vello y son de un verde vivo en el envΓ©s. Estas hojas muy duras y coriΓ‘ceas, evitan la excesiva transpiraciΓ³n de la planta, lo que le permite vivir en lugares secos y con gran exposiciΓ³n al sol, como La Dehesa o La Ribera MediterrΓ‘nea.

Las encinas se cultivan principalmente por sus frutos, las conocidas bellotas. Son unos glandes de color marrΓ³n oscuro cuando maduran "antes, lΓ³gicamente son verdes", brillantes y con una cΓΊpula caracterΓ­stica formada por brΓ‘cteas muy apretadas y densas, que los recubren aproximadamente en un tercio de su tamaΓ±o. Se distingue tambiΓ©n de la coscoja la caperuza de las bellotas, ya que en Γ©sta recubre el glande hasta la mitad y el exterior es punzante, no asΓ­ en otras especies de Quercus cuyas bellotas a veces son muy parecidas a las de la encina. Maduran de Octubre a Noviembre y algunos aΓ±os incluso en diciembre, por lo que la caΓ­da de la bellota puede retrasarse hasta enero, aunque es poco frecuente. La edad mΓ­nima a la que comienza a producir estΓ‘ condicionada por las caracterΓ­sticas medioambientales, situΓ‘ndose entre los 15 y los 20 aΓ±os de la vida del Γ‘rbol.

Fruto de Las Encinas "Bellotas"

HΓ‘bitat y DistrubuciΓ³n:

Su Γ‘rea de distribuciΓ³n natural es el MediterrΓ‘neo, ya que se encuentra en todos los paΓ­ses que lo bordean, pero sΓ³lo en las zonas con el clima mediterrΓ‘neo, ya que cuando el clima es mΓ‘s lluvioso y de tipo atlΓ‘ntico, la sustituyen otras especies de Quercus, como los robles, quejigos o alcornoques. AsΓ­, en EspaΓ±a resulta ser la especie forestal que mΓ‘s territorio ocupa, con unos tres millones de hectΓ‘reas de encinares repartidos por toda la penΓ­nsula y en las islas Baleares, excepto la franja costera cantΓ‘brica donde, sin llegar a ser rara, es mucho menos abundante que en el resto de la penΓ­nsula.

Las encinas se cultivan generalmente en dehesas, en las que se aprovechan sus bellotas para alimentar al ganado, ya que son utilizadas como recurso ganadero, pues los cerdos son alimentados con bellotas y dan como resultado los mejores jamones de EspaΓ±a, y su leΓ±a para hacer un excelente carbΓ³n. En estado natural, las encinas forman extensos y muy tupidos bosques junto con las demΓ‘s especies tΓ­picas del bosque mediterrΓ‘neo: jaras, cantuesos, madroΓ±os, brezos, durillos, cornicabras, retamas, y un largo etcΓ©tera segΓΊn las zonas.

AdemΓ‘s, tambiΓ©n estos bosques de encinares tan abundantes en la PenΓ­nsula IbΓ©rica resultan ser el mejor hΓ‘bitat para la fauna mediterrΓ‘nea, lo que los convierte en ideales cotos de caza e incluso en Γ‘reas de reserva naturales con mayor protecciΓ³n. TambiΓ©n forma a menudo bosques mixtos, mezclΓ‘ndose como especie arbΓ³rea con otras, generalmente pinos "especialmente carrasco, piΓ±onero y resinero" o enebros. El encinar es el principal ecosistema en varios espacios naturales protegidos.

Foto Cerdos IbΓ©ricos en la Dehesa ExtremeΓ±a

RepresentaciΓ³n de la Encina:

La encina se considera un Γ‘rbol sagrado en numerosas tradiciones. En todas ellas, aparece como un sΓ­mbolo de solidez, longevidad y potencia, tanto en el sentido material como en lo espiritual, al igual que en latitudes mΓ‘s septentrionales ocurre con su hermano, el roble. Como Γ‘rbol autΓ³ctono del MediterrΓ‘neo, estΓ‘ muy adaptado al clima de esta regiΓ³n. El Γ‘rea natural de los encinares ha estado habitada desde hace milenios por pobladores que han sentido a la encina como la esencia del mundo mediterrΓ‘neo. En Extremadura, en el centro de su escudo se ha colocado una encina que representa, mΓ‘s que un Γ‘rbol, una filosofΓ­a de vida, un modo de ser en el que el aprovechamiento de los campos se beneficie del uso racional de este Γ‘rbol. El campesino de las dehesas no debe olvidar que su medio de vida procede de las encinas.

Plagas o Enfermedades de las Encinas:

La primera de las causas de mortandad de los pies de encina es la conocida como "seca de la encina" que un sΓ­ndrome multifactorial caracterizado por las hojas que amarillean y caen repentinamente, muerte de los renuevos, reacciΓ³n con la emisiΓ³n de numerosos brotes adventicios o chupones, y finalmente, produce la necrosis de la raΓ­z y su muerte. Se implican en esta grave y compleja patologΓ­a algunas especies de hongos: Phytophtora cinnamomi, que causa la pudriciΓ³n de las raΓ­ces, Hypoxylum mediterraneum, Diplodia, ademΓ‘s de malas prΓ‘cticas de manejo, como pueden ser: podas mal practicadas, sin profilaxis adecuada o en Γ©pocas del aΓ±o inadecuadas. Entre las plagas que afectan a la encina, su peor enemigo es la mariposa Tortrix viridana, que destruye los brotes nuevos y ha sido confirmada su presencia en casi todos los encinares de la penΓ­nsula ibΓ©rica.

Espero que os haya gustado esta publicaciΓ³n, mas adelante iremos conociendo otros tipos de especies de Γ‘rboles, de los cuales se compone el ecosistema IbΓ©rico. Y sin nada mas que aΓ±adir me despido hasta la prΓ³xima amigos, pero antes os voy a pasar un vΓ­deo sobre la dehesa que espero que os guste.


* UN SALUDO Y BUENA PESCA *
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