Un lobo consumido por el hambre se encontrΓ³ casualmente con un perro el cual estaba muy bien alimentado. Al rato y tras saludarse entre sΓ cuando se pararon, dijo el lobo:
Dime, ¿de dΓ³nde te viene ese esplendor o con quΓ© alimento has conseguido un cuerpo tan lozano?
Yo, que soy mucho mΓ‘s fuerte, me muero de hambre.
El perro le respondiΓ³ con franqueza:
TendrΓ‘s la misma fortuna si puedes prestar a mi amo un servicio semejante.
¿CuΓ‘l? -Dijo el lobo.
Guardar su puerta y proteger su casa de los ladrones durante la noche; me dan pan sin pedirlo; el amo me da los huesos de su mesa; los criados me arrojan las sobras y algunos el guisado que no les gusta. AsΓ lleno mi vientre sin esfuerzo.
Pues ya estoy preparado; ahora padezco las nieves y las lluvias en los bosques, arrastrando una vida dura. ¡CuΓ‘nto mΓ‘s fΓ‘cil es para mΓ vivir bajo techo y saciarme en la ociosidad con un alimento abundante!.
Entonces, ven conmigo.
Mientras caminan, el lobo observa el cuello del perro, el cual se encontraba pelado por una cadena.
Amigo, ¿CΓ³mo te has hecho eso?
No es nada.
¡¡ De todos modos, dΓmelo, por favor !!
Como les parezco muy inquieto, me atan durante el dΓa, para que descanse mientras hay luz y vigile cuando llega la noche: al atardecer me desatan y deambulo por donde quiero.
Veamos, ¿Si te apetece marcharte, puedes hacerlo?
No, desde luego.
DISFRUTA LO QUE ALABAS, PERRO. YO NO QUIERO SER REY SI CAREZCO DE LIBERTAD.
Fuente Foto: Foter.com
Fuente: GAYO JULIO FEDRO - (Un Lobo a un Perro) - FΓ‘bulas, libro III consultado el 7/12/2018
0 Comentarios