Salamandra Común
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Salamandra Común
La "Fauna Ibérica" está compuesta por multitud de animales y en esta ocasión vamos a conocer uno que a mi en particular me llama bastante la atención por su colorido, se trata de uno de los anfibios con cola o urodelo más apreciados y llamativos, tanto por los colores de su piel como por su aspecto. Tanto es así que hoy en día no es demasiado raro el poder encontrarnos a este animal como mascota en muchos de los hogares, especialmente en países asiáticos como Japón. Aquí en nuestro país también tenemos una buena población de este simpático animal a si que a continuación vamos a conocerlo un poco mas.
Descripción:
La salamandra es un animal cuya longitud oscila entre los 12 y los 30 centímetros, pero lo más común es que no superen los 20 cm de longitud. Su cuerpo es alargado y su cola, de base ancha, va disminuyendo el grosor a medida que nos acercamos a la punta. Sus miembros, tanto superiores como inferiores, son cortos y gruesos, además de proporcionados. La cabeza es casi tan ancha como de larga, es algo aplanada y normalmente con el morro redondeado, pudiendo algunos ejemplares tenerlo algo puntiagudo.
Para defenderse de sus cazadores, disponen de un mecanismo de defensa basado en unas glándulas repartidas por su cuerpo que segregan un líquido denso y blancuzco que provoca serias irritaciones en lugares delicados como la boca, nariz, ojos, etc.
Respecto a la piel de la salamandra, es de color negro, debemos destacar su brillo y lisura y también sus manchas, de carácter irregular y de tonalidad amarilla. Dependiendo de la zona geográfica podemos encontrar distintos colores en lo que concierne a estas manchas, e incluso en su forma, pudiendo presentarse también a modo de franjas. Podremos diferenciar una salamandra macho de una hembra porque el cuerpo del macho es bastante más estilizado que el de la hembra, es decir, más delgado y también más recortado.
Hábitat:
La salamandra es de ámbito nocturno, principalmente forestal, en las riberas o en las laderas poco luminosas pero cercanas al agua o a lugares húmedos como huertas, pinares, con abundancia de líquenes con los que cubrir su suelo, etc. Es decir, siempre huyen de los lugares secos, prados y de zonas con sequía. Por el día, las salamandras permanecen ocultas entre las rocas o pequeñas cuevas naturales, siempre resguardándose del abrasador sol. Su adaptabilidad la cual supera los 1.800 metros por encima del nivel de mar, se encuentra amenazada por la tala de bosques y por los incendios.
Reproducción:
La estación adecuada para la reproducción de la salamandra es en el otoño, puesto que es el periodo en el que estos animales entran en celo. El apareamiento tiene lugar en la tierra y principalmente por la noche. El macho comienza la cópula situándose encima de la hembra y va deslizándose hacia abajo a compasadamente. Al principio es la hembra la que, en su propio cuerpo, desarrolla los huevos, pero el parto tiene lugar en pequeños charcos o concentraciones de agua. Generalmente, las larvas suelen nacer entre los meses de diciembre y febrero.
Alimentación:
La salamandra se desplaza de forma lenta y pausada y solamente en los días de abundante lluvia puede desarrollar su actividad cotidiana por el día, mientras el sol está medio oculto. Las estaciones del año también influyen en el desarrollo vital de este anfibio, puesto que los meses de acuciante calor y los extremadamente fríos están dedicados al letargo de la especie.
La salamandra común basa su alimentación principalmente en presas de unas medidas comprendidas entre 4 y 20 milímetros, pequeños artrópodos, gusanos, lombrices de tierra, caracoles, insectos "en su mayoría coleópteros", gasterópodos, oligoquetos, quilópodos y araneidos que encuentra en el hábitat donde vive.
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