HabΓa una vez una Rosa roja, esa Rosa era la mΓ‘s deslumbrante y bella de todo Γ©l lugar. Ella se sentΓa de maravilla al saber que era la Rosa mΓ‘s bella del jardΓn. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la miraba de lejos y nadie se acercaba a ella para poder apreciarla mejor y asΓ poder compartir su magnΓfico olor, color, belleza,...!!
La Rosa se dio cuenta de que a su lado siempre habΓa un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le expresΓ³ al sapo su malestar, le ordenΓ³ al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: EstΓ‘ bien, si asΓ lo quieres.
Poco tiempo despuΓ©s el sapo pasΓ³ por donde estaba la Rosa y se sorprendiΓ³ al verla totalmente marchita, sin hojas y sin pΓ©talos. El Sapo le dijo entonces: Vaya que te ves mal. ¿QuΓ© te pasΓ³? La Rosa contestΓ³: Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido dΓa a dΓa, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contestΓ³, claro, cuando yo estaba aquΓ me comΓa a esas hormigas y por eso siempre eras la mΓ‘s bella del jardΓn.
Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demΓ‘s por creer que somos mas que ellos, mΓ‘s bellos Γ³ simplemente que no nos "sirven" para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demΓ‘s Γ³ algo que enseΓ±ar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera seamos conscientes, por lo que NO hagamos acepciΓ³n de personas, solo por su aspecto.
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