El Escarabajo y el Águila

Cabeza de Águila por sıɐԀ ɹǝıʌɐſ en Foter.com / CC BY 

Había una vez una libre que iba corriendo por la dehesa y a la cual la iba persiguiendo un águila. Cuando esta estaba a punto de ser atrapada por el águila, la liebre pidió ayuda a un escarabajo que pasaba por allí en aquel momento. El escarabajo en aquel momento y debido a tal situación... Se dirigió sin titubear a encontrarse frente a frente con aquél águila.

¿Oye Águila, por que no vas a otro lugar y dejas a la pobre liebre en paz.? 

Le dijo el escarabajo al águila.

El águila, aunque había escuchado bien al escarabajo pidiendo clemencia para la liebre siguió persiguiéndola para darle caza. Totalmente ignorando las palabras del escarabajo hizo una pirueta en el aire y al final consiguió atrapar a la liebre y se la llevó.

Muy indignado por lo que había sucedido, el escarabajo decidió vigilar durante algún tiempo al águila. Tenía pensado castigar al águila por tal actitud ya qué pensó que ese águila era una insolente y arrogante.

Águila Cazando por Mohamed Hassan en Pixabay.com

Cierto día, mientras el águila se marchaba de su rama preferida y volaba para ir en busca de comida, el escarabajo subió al árbol y descubrió que tenia un nido en él cual había huevos, esos huevos eran del águila y sin tardar ni demorarse un momento tiró los huevos al suelo. Una y otra vez, el escarabajo, mientras que el águila se iba a buscar comida y esta tenía huevos, subía al árbol y le tiraba los huevos al suelo, así durante una buena temporada hasta que un día el águila, harta de esta situación decidió hablar con Zeus y contarle lo que estaba ocurriendo con ese escarabajo.

Zeus después de hablar con el águila decidió proteger su nido y los huevos llevándoselos a sus brazos y así ponerlos lejos del alcance del escarabajo. A pesar de los cuidados que procuró Zeus al nido y los huevos, el escarabajo hizo una bola de barro y se la lanzó a Zeus. Cuando Zeus se levantó y se limpió el barro que el escarabajo le había lanzado, lanzó los huevos del águila al suelo. 

Moraleja:

Desde aquél entonces... Las águilas nunca, nunca ponen sus huevos donde estén al alcance o cerca de los escarabajos. Nunca se debe de menospreciar a nada ni a nadie, ya sea grande o pequeño como lo era el escarabajo.