El Visitante de la Espesura
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Foto Pescador por Rawpixel.com en Pexels.com
Un día bastante bueno y soleado, justo antes de entrar la primavera, me decido a coger la bici y dar un paseo por el campo qué se encuentra en las inmediaciones de mi pueblo. Me encuentro en un pueblo el cual está situado muy cerca de las montañas y sierras las cuales separan dos provincias. Por el medio de esas sierras y montes discurre un limpio, profundo he impoluto río que llena de vida toda las inmediaciones por donde discurre.
Es por eso por lo que me gusta pedalear tanto por los caminos que recorren el margen del río, todo huele a campo y está lleno de vida. El aire viene cargado de millones de olores diferentes. Mientras voy pedaleando, en una frondosa encina que se encuentra al lado del camino puedo divisar que varias palomas torcaces la utilizan como posadero, mientras observo sigo pedaleando y a veces miro por encima del manillar contemplando el camino justo en el paso de la rueda delantera. El tacto del camino es transmitido hacia las ruedas y el chasis de mi bici y disfruto mientras oigo el ruido que hace la rueda delantera mientras me desplazo.
Conozco el recorrido por el que hoy estoy pasando y aprovecho para contároslo y que os pongáis en situación y os desplacéis conmigo por tan bello lugar. Cuando llevo recorrido como unos 4km en el margen izquierdo del camino hay una pequeña charca que sirve de abrevadero para el ganado, que muy pronto... por que el tiempo pasa rápido, dicha charca será mucho más necesaria que hoy cuando llegue el verano y que multitud de animales y aves visitarán con necesaria asiduidad para calmar la sed, y compartir el preciado líquido con el ganado, ya que en dicha temporada de verano aprieta con verdadera fuerza la calor.
Decido detenerme un momento y observar el agua de la charca y nada más arrimarme al borde de la misma ZASS... saltan de entra las hiervas y los juncos las ranas a resguardarse dentro del agua. Es algo que mucha gente no conoce, al igual que yo no conozco otras muchísimas cosas de las grandes ciudades... Ese ruido que sale de entre los juncos en la orilla de en frente, son las ranas croando, es su forma de comunicarse y que si observamos por un momento incluso hasta puede llegar a gustarnos y ver en ese croar que unido al canto de jilgueros y verderones que andan cerca, podemos contemplar uno de los mas bellos conciertos que la naturaleza puede aportarnos.
Yo también tengo sed, en la bici llevo una botellita con agua, echo un trago y continuo el camino. Ahora vamos cuesta arriba me dirijo a una de las zonas más altas del recorrido por donde voy a pasar y se hace mucho más pesado el pedalear, pero muy pronto, después al cruzar la escarpada sierra viene una pequeña bajada y un llano el cual termina llegando el camino al lado del río.
Me encantan los paseos en bici por estos bellos lugares donde todos mis sentidos se agudizan, estos lugares llenos de colores, olores y sensaciones que me transmiten tanta calma y a parte como voy en la bici me mantengo en forma realizando ejercicio. Al levantar la vista cuando ya me encuentro en el camino que bordea el río diviso a alguien a lo lejos y parece que está pescando, la pesca también es algo que me apasiona y que practico como hobby.
Hola, buenas. ¿Qué tal? *Le pregunto al chaval que estaba pescando.
Holaa, bien. Aquí a ver si pica algo, que me encanta la pesca. *Me contesta.
Me quedé un rato observando como pescaba ese muchacho y en cierto momento mientras que nos encontrábamos mirando embelesados la veleta, que parecía que levitaba mientras flotaba en la superficie del agua, se hizo un pequeño silencio, como presagiando la inminente picada de algún pez. Pero no fue un pez lo que allí aconteció en aquel justo momento, si no que... tras la voz recia de unos rabilargos que sesteaban en un alcornoque cerca de la orilla del río, de entre los zarzales apareció un animal precioso.
El muchacho exclamo:
*Es un gato, seguramente busca algo de aperitivo.
Pero... No, no era un gato, si no un precioso Lince Ibérico de los que pocos quedan. Salió a unos pocos metro de donde nosotros nos encontrábamos y nos miró, y al momento desapareció en la espesura que hay tras una linde cercana a los zarzales de donde había salido.
Nos pusimos durante unos minutos a conversar sobre lo ocurrido y mientras yo le asentía al muchacho la verdad que me estaba contando, pues me comentaba qué es de todos él compromiso de conservar la naturaleza, lo nuestro, el disfrute... su caña se empezó a mover y no vimos de hundirse la veleta ni si quiera, pero un magnifico pez culminó con aquella anécdota en la que pudimos observar que en poco tiempo un mítico animal y gran depredador de la Península Ibérica y uno de los peces más bonitos de nuestro sistema fluvial, acontecieron en poco tiempo en un mismo lugar. Me despedí de aquel muchacho, me monté de nuevo en la bicicleta y continué mi camino de regreso al pueblo. Sin dudas un magnifico tiempo es el poder pasear y disfrutar de la naturaleza en los días de hoy.
Joder, me emocioné al ir leyendo. Gracias por tan bonita historia y contada tan natural como la vida misma, me encantó.
ResponderEliminarMuchas gracias Félix por la visita y me alegro de que te haya gustado... 🙂
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