Buscando Lucios en el Guadiana
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Lucio del Río Guadiana
Hoy después de algún tiempo sin salir a pescar, he cargado el coche con las cañas y he ido a dar una vuelta a los sitios que mas me gustan del Río Guadiana. En las fechas que estamos, que ya debería de hacer mucho mas frío y nada, hace una temperatura casi que de primavera, unos 20º marcaba el termómetro del coche, a si que los lucios no estaban muy activos.
Después de llegar junto a un sitio en el cual se juntan el Río Guadiana con una quebrada, me he dispuesto a empezar a pescar. Lo primero en utilizar cuando he llegado a sido un pez Rapala de unos 10 cm, articulado negro por la parte de arriba y blanco por la parte de debajo, señuelo que tengo desde hace tiempo y que me da buen resultado. Pero hoy no era el día de que funcionara el pez Rapala. Después de lanzar hacia todos lados recogiendo de diferentes formas, no había medio de engañar a ningún lucio que supuestamente estuviera por allí.
Foto de un Rapala Articulado
He vuelto entonces a buscar en la caja de las cucharillas y me he decidido a poner una de tamaño mediano, que es con la pala plateada y el cuerpo blanco con manchas negras y solo una única potera de tres anzuelos. Después de lanzar hacia unos juncos como unas 15 veces he podido coger un pequeño lucio.
He oído por ahí, que dicen que: los lucios grandes están muy resabiados y algunas veces incluso con señuelos que atacarían siempre en otras ocasiones, hay veces que esporadicamente los siguen detrás asta casi la orilla y luego se dan la vuelta y no los cogen. Pues este pequeño era el único que había cogido hasta el momento y este con lo pequeño que era y todo, bien que se a lanzado a por un señuelo algo grande incluso para él.
Puesta de sol en el Río Guadiana
Siguiendo hacia delante he llegado a un sitio donde hay muchos arboles en el agua y bastante mas profundidad que donde he cogido el pequeño, el agua estaba totalmente en calma, no se escuchaba nada excepto el canto de los pájaros y el sonido del balido de las ovejas a lo lejos, pues por no hacer no hacía ni gota de aire. He tirado unas dos veces hacia el tronco del árbol que estaba dentro del agua y he vuelto a coger otro, pero también pequeño, este último de un kg de peso o así.
Transcurrido un rato desde que cogiera el último lucio y lanzando en otra entrada un poco mas adelante, he notado un golpe seco en la caña, se había quedado enganchado un bonito ejemplar de unos 4 o 5 kg que a hecho sonar el carrete y poder disfrutar de un momento indescriptible ya casi en el ocaso del día, pues es en esos momentos al alba y anocheciendo cuando mas activos son estos depredadores.
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