Lagarto Ocelado

Foto de Lagarto Ocelado

Hoy amigos, vamos a conocer a un curioso y abundante animal y el de mayor tamaño de su especie el cual podemos encontrar aquí en la Península Ibérica, el Lagarto Ocelado que es una especie de lagarto propio de Europa suroccidental y noroeste de África; puede llegar a los 90 cm de longitud total, es de color verde o moreno y presenta dos franjas de ocelos azules en el dorso.

Este tipo de lagarto es fácil diferenciarlo de otras especies de lagartos por su tamaño y color, en verano es común verlo sesteando en roquedos donde se coloca siempre cerca de aberturas y grietas para poder esconderse rápidamente cuando se le acercan algún depredador. Si quieres conocer al Lagarto Ocelado un poco mas, puedes seguir leyendo este post.

El lagarto ocelado o "Timon lepidus" es el más abundante de los lagartos ibéricos. Es también el mayor lagarto europeo; mide normalmente unos 60 cm pero puede alcanzar los 90 cm.

Descripción:

Es un lagarto muy robusto, y el macho tiene la cabeza ancha con patas gruesas y fuertes, y garras largas y curvadas. El color dorsal es generalmente de color verde, pero a veces puede ser gris o marrón, especialmente en la cabeza y la cola. A esto se superpone un punteado negro. La parte inferior es de un color amarillento o verdoso. El macho es más brillante que la hembra y tiene manchas azules en sus flancos. Los jóvenes son de color verde, gris o marrón, con partes amarillentas o blancas con manchas por todas partes.

Hábitat:

El Lagarto Ocelado se distribuye por toda la Península Ibérica salvo en la Cornisa Cantábrica. Es una especie ubicua, que ocupa toda clase de biotopos, excluyendo aquellos completamente humanizados, se encuentra en toda clase de cultivos y bosques mediterráneos y de montaña. En general, el lagarto ocelado es una especie que prefiere áreas con cobertura vegetal no muy elevada, puesto que así tiene espacios abiertos donde poder tomar el sol y a la vez disponer de refugios para poderse esconder.

Alimentación:

El Lagarto Ocelado es un animal omnívoro y es muy voraz. Su dieta principal está basada en insectos grandes "sobre todo coleópteros y saltamontes", arácnidos, gusanos, pequeños mamíferos, huevos de aves, pollos, otros lagartos y lagartijas, etc. No le hace ascos a algunos frutos, sobre todo si son dulces.

Costumbres:

Hiberna de noviembre a febrero en madrigueras abiertas en el suelo o bajo la maraña. Cuando despierta de su letargo, se mueve exclusivamente durante el día, y siempre buscando el sol. Soporta muy bien los grandes calores del verano peninsular, y consigue estar más refrigerado desplazándose únicamente sobre las cuatro patas y levantando la cola. De esta forma también es capaz de correr muy rápidamente.

A pesar de su corpulencia, es muy ágil, y no solamente a la hora de desplazarse sobre el suelo, sino también para trepar. Esta habilidad lo salva en bastantes ocasiones de sus depredadores, de los que huye trepando velozmente por los troncos de los árboles.

El Lagarto Ocelado no solo huye, en ocasiones puede llegar a hacer cara a algunos de sus depredadores y puede llagar a morderles ya que cuenta con una mordida bastante fuerte, por lo que es bastante difícil que no suelte fácilmente.

Lagarto Ocelado - Jacky73490 - Pixabay

Reproducción:

Los Lagartos Ocelados son tremendamente territoriales, en la primavera los machos pelean para defender su territorio. Las Parejas de estos lagartos suelen durar todo el año juntas, y en abril o marzo empiezan con el apareamiento. La hembra es la que excava el nido y posteriormente hace la puesta, que constará de unos 17 a 20 huevos. Después de tres a cinco meses, entre septiembre y octubre, tiene lugar la eclosión. Las crías tardarán tres o cuatro años en alcanzar la madurez sexual y en empezar a reproducirse.

Nota Sobre los Lagartos Ocelado:

El Lagarto Ocelado en un reptil que está incluido como una especie en casi amenaza. A la injustificada mala fama que le acompaña, se une la pérdida de calidad de su hábitat, sobre todo por la intensificación de la agricultura tradicional de secano. 

Muchos cazadores, agricultores o simplemente habitantes del medio rural o visitantes de fin de semana, la emprenden a golpes e intentan acabar con todos aquellos lagartos que se cruzan en su camino, a veces simplemente por el hecho de haber escuchado que son capaces de comer conejos y perdices. Aun hoy en algunas zonas, y a pesar de estar protegidos, se le cuelga, una vez muerto, de árboles y alambradas, al parecer a modo de advertencia para otras 'alimañas'.